sábado, 15 de abril de 2017

Eduardo Coiro


El ángel de la reparación

Otra vez pensé en el ángel de la reparación.
Quizá sea un mito, sólo un mito necesario. Pero dicen que cada tanto en la vida de cada cual alguien llega a reparar o intentar reparar.

No es el plomero ni el electricista.
El efecto es intangible en la inmediatez. Pero dice la gente humilde -que de creencias vive- que el ángel de la reparación existe y que el día menos pensado aparece tendiendo su mano…


*  *  *
 
Había una vez un hombre que perdió el coraje para escribir como le saliera. Con faltas de ortografía o, lo que le parecía peor aún: sin coherencia. Así lo había soñado tres años atrás.
“Me quedé sin palabras”
Desde aquel momento temió el efecto, la pesada materialidad que la humanidad le otorga a los mensajes encriptados en los sueños.
En algún viaje leyó la frase de Alejandra Pizarnik: “Escribo para que no suceda lo que temo”.
La hizo suya. Se forzó, una y otra vez a seguir con garabatos en cuadernos y anotadores, se repitió en sus temas, siguió luchando para que no lo ahogara el silencio.


Textos tomados de Inventiva Social, publicación literaria editada y dirigida por Eduardo Coiro, Buenos Aires, Argentina

Eduardo Coiro
Temperley, Buenos Aires, Argentina